30 de septiembre de 2006

Influencias

Lo conversaba en estos días con mi amigo imaginario, el crítico de arte Günter Kuntz (de quien, como tantas otras personas razonables, normalmente evito hablar): la influencia de Malevich se hace cada día más obvia en mi pintura.

Lo es, sobre todo (pienso yo, con la voz de Günter desdibujándose paulatinamente en mi cerebro), en esa obra de 3x4 titulada: El resplandor de la naturaleza indómita, que es la pared del pasillo en la cual he trabajado tan duramente en estos últimos días, con resultados que el sentido de la modestia casi me impide calificar de notables.

Aquí, sin más palabras, las pruebas de toda esa influencia desgarradora:









Imágenes vía:Georgetown Imagen Library