Las delicias del animismo
Queremos religiones alegres
donde todo sea santo.
No más culpa, perdón ni arrepentimiento.
No más el miedo y su horrible chantaje.
Con tres palmadas
el Dios está despierto.
Bendito el bambú.
Bendita la cascada.
Y bendita la mujer
que 15 años después
revive un sueño
y lo cumple a rajatabla.
Queremos dioses benévolos
que floten por la casa
y nos rasguen los ojos
con dulzura.
Gracias a ellos
vemos por fin una azalea,
una botella de coñac,
un grabado de Hokusai
y los tres son divinidades.
Nos aburrimos del ceño y el juicio.
Buscamos el libre lazo de la risa.
La delicada inocencia de un mordisco.
Queremos estar solos
sin el ojo que todo lo escruta.
Para que la lógica
no nos guíe,
llevaré astromelias
a tu altar,
Musa.
Lo importante no es pedir.
Es arrebatarle a la vida.
Juan Gustavo Cobo Borda, Shinto. En: Dibujos hechos al azar de lugares que cruzaron mis ojos.
Imagen de Hokusai vía: Pensees Vagabondes
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