19 de septiembre de 2007

Rejected!



Una de las distribuciones automáticas de artículos vía email del New York Times de septiembre trae una historia interesante firmada por David Oshinsky. Se titula: No Thanks, Mr. Nabokov.

Comienza así:

In the summer of 1950, Alfred A. Knopf Inc. turned down the English-language rights to a Dutch manuscript after receiving a particularly harsh reader’s report. The work was “very dull,” the reader insisted, “a dreary record of typical family bickering, petty annoyances and adolescent emotions.” Sales would be small because the main characters were neither familiar to Americans nor especially appealing. “Even if the work had come to light five years ago, when the subject was timely,” the reader wrote, “I don’t see that there would have been a chance for it.”

Knopf wasn’t alone. “The Diary of a Young Girl,” by Anne Frank, would be rejected by 15 others before Doubleday published it in 1952. More than 30 million copies are currently in print, making it one of the best-selling books in history.


No sé en qué cielo podrán estar los lectores que afrontaron el Diario de Anna Frank, después de morir de vergüenza. Pero es evidente que no podrían estarlo jamás en el de los buenos negocios de la literatura. 30 millones de copia para un libro "very dull" es, en realidad, una situación que lleva a pensar que algunos sujetos debieron haber cometiendo un grave error o estaban excesivamente intoxicados como para juntar sílabas.

Se trata, después de todo, de una discusión imposible (¿cómo demonios saber si una obra será un clásico si todavía no existe su aportación para, precisamente, definir su propio peso dentro de los baremos de un clásico?); de todas formas, la cantidad de errores de lectura que reporta el artículo de Oshinsky recopilados de la revisión del Knopf archive housed in the Harry Ransom Humanities Research Center, en la Universidad de Texas, resulta casi hilarante, si no fuese tan patética. Contarlo es algo que, por pura venganza poética, sus perpetradores se tienen merecido. Algunos ejemplos.

Sobre el Animal Farm de George Orwell: "impossible to sell animal stories in the U.S.A".

Otro, sobre la obra de Jorge Luis Borges: "utterly untranslatable".

O este, referente a las posibilidades comerciales de Anaïs Nin: "There is no commercial advantage in acquiring her, and, in my opinion, no artistic".

Esta pieza de análisis del talento, sobre Sylvia Plath: "There certainly isn’t enough genuine talent for us to take notice".

Si se prefiere, esta lectura de cínica ramplonería sobre Jack Kerouac: "His frenetic and scrambling prose perfectly express the feverish travels of the Beat Generation. But is that enough? I don’t think so".

O esta observación púdica y conservadora sobre el Lolita de Nabokov: "too racy".

Incluso, esta triste adjetivación sobre el Giovanni’s Room de James Baldwin: "hopelessly bad".

La lista, como tantas otras episodios de barbaridad, podría seguir un largo recorrido en la historia universal del despiste. Por ahora, debería bastar con añadir un post-it fosforescente al estante de la superficialidad donde medra la cortés ingenuidad de un no, gracias.

Imagen vía:
Byron McMahon Gallery
Autora:
Samantha Everton
Título: Rejected.