29 de noviembre de 2005

The Flying Spaghetti Monster


La historia se conoce: el 9 de Agosto de 2005, el State Board of Education, de la Ciudad de Kansas, EEUU, emitió un decreto en el cual se prescribía la enseñanza de la teoría del "diseño inteligente" (o, dicho de un modo menos eufemístico: el creacionismo), dentro de los programas académicos del Estado. El resultado: los colegios deberían incluir la visión creacionista del hombre, como producto premium del buen Dios, dentro del resto de los programas científicos sobre las teorías de la evolución.

A simple vista apenas si se trata de una idea conservadora y estúpida. Sin embargo, lo conservador y lo estúpido parece ser una condición apremiante dentro del mundo algo desorbitado de la administración Bush, esa versión de derecha que conocemos tan bien en Venezuela en su versión de izquierda: el teniente Coronel Hugo Chávez, Líder Máximo de una República que se define como bolivariana, y sólo bolivarina. Una versión igualmente bizarra de creacionismo político.

Si algo parece caracterizar a la Administración Bush, (más allá de la soberbia y la diplomacia del bombazo), parece ser el sentido evangélico y redencionista de su visión del mundo.
Es precisamente por ello que uno tiende a pensar que algo del comprensible terror que vive una cierta proporción de norteamericanos, una minoría que de todos modos existe y, presumiblemente, conserva sus derechos civiles, (si es de recordar que pese a la reelección de G.W. Bush ellos aún viven en ese país) parece haberse cristalizado humorística e inteligentemente en la "carta abierta" enviada al Kansas School Board por el físico Bobby Henderson en la cual, debido al ingreso del creacionismo al pensum educativo, solicita la incorporación de la religión de la cual él mismo es profeta: el culto al Dios-Spaguetti. Dice Henderson:

I am writing you with much concern after having read of your hearing to
decide whether the alternative theory of Intelligent Design should be taught
along with the theory of Evolution. I think we can all agree that it is
important for students to hear multiple viewpoints so they can choose for
themselves the theory that makes the most sense to them. I am concerned,
however, that students will only hear one theory of Intelligent Design.

Let us remember that there are multiple theories of Intelligent Design. I
and many others around the world are of the strong belief that the universe was
created by a Flying Spaghetti Monster.


Lo cual poco más o menos viene a decir que si bien se complace en que las escuelas puedan expresar diversos puntos de vista respecto a la evolución para que, al final, cada quien se haga la idea que quiera, la sóla inclusión de la teoría del diseño inteligente (o creacionismo) junto a la teoría de la Evolución violenta irremisiblemente la fe de todos aquellos para quienes el Universo fue creado por Mounstruo de Spaguetti Volador. Su comprensible planteamiento es que, en conclusión, el State Board of Education debería incluir sus postulados dentro de los mismos planes de estudio.

El resto de la "Carta Abierta" de Bobby Henderson puede leerse Aquí, el sitio web de la Iglesia de The Flying Spaghetti Monster, junto a otro buen número de referencias al tema del Dios-Spaguetti.

Interesa decir que, más allá del juego, el efecto de esta "carta abierta" ha sido colosal. Como lo comenta esta nota del País que he encontrado en el estético blog Abuse Magazine, una legión de seguidores, denomidados pastafaris, han dotado a la deidad de una iconografía precisa, como es el caso de la versión del fresco de Miguel Angel en la Capilla Sixtina que encabeza este post.

Dice el País, siguiendo la carta de Henderson:

El bicho enmarañado, convertido ya en el símbolo de los opositores de este nuevo
éxito del fundamentalismo cristiano, se ha ido dotando de una verdadera
mitología seudocientífica, que afirma -por ejemplo- que el aumento de la
temperatura global del planeta se debe a la disminución de piratas desde
1800 y a que los techos de los templos hindúes y las acuarelas de Kandinsky
son prefiguraciones del dios-espagueti.


No sé muy bien cuál podrá ser la conclusión de todo esto. En todo caso, hace sonreír que en mitad de un mundo repleto de ideas autoritarias y abusivas, el humor pueda restituir el valor que existe en lo distinto, en el delicado sentido humano que se esconde tras las diferencias

La imagen del post corresponde a una parodia de la creación de Adán, ilustrada por Niklas Jansson. Puede encontrarse Aquí

27 de noviembre de 2005

Comments



La nota decía así:


Haloscan commenting and trackback have been added to this blog.

Lo cual significa que ya argonáuticas cuenta con una nueva presentación de comentarios un poco más agradable que la versión original de blogger.

Le agradezco el dato a Ceryle, quien me pasó la información en un comentario que, dicho sea de paso, lamentablemente se perdió en el proceso de edición.

Caiesus, Héctor, Lobohombre, Nasryn, Luis, Anónimo 1, 2, 3: disculpen también ustedes la volatilidad de los comentarios que, días atrás, dejaron por estos lados.

Uno, (que de por sí es dado al fantaseo), podría imaginar que en este momento esas breves conversaciones deben continuar en un lugar en el que nuestros respectivos doppelgangers toman café y miran por la ventana el modo como el sol de las seis cae en su redonda majestad sobre un fondo plano de píxeles.

En fin, supongo que se trata de una pequeña manera de hacerme disculpar.

También una manera de atenuar un chiste fácil, y malo. Este: "Groucho, me temo que Argonátuicas se quedó, literalmente, sin comentarios.

ACTUALIZACIÓN
04 de Diciembre, 2005


Problema resuelto. O casi resuelto. Los comentarios de todo el blog han sido recuperados.
Tanto como me ha sido posible he intentado que los blogs de origen aparezcan, de nuevo, dentro de cada Comentario, de modo que pueda hacerse un enlace directo. En algunos casos quizá no lo he logrado, cosa que intentaré resolver en su momento.

26 de noviembre de 2005

El hombre que se transformaba demasiado

El doctor Maderna aprendió a convertirse en mariposa cuando era un adolescente.

Más tarde adquirió nuevas destrezas y así llegó a transformarse en gato, en anguila, en pez, en caléndula y en escritorio.

Siendo adulto era capaz de convertirse en cualquier objeto a su capricho.

Sin embargo, sus metamorfosis se hicieron tan frecuentes que su familia vivía en inquietud constante. Nadie se atrevía a matar a una cucaracha, por temor a que se tratara del doctor Maderna. Una noche lo arrojaron a la basura bajo la forma de una esponja usada y un domingo estuvo a punto de ser devorado por su propio hijo, quien no supo reconocerlo en un chorizo. Cada vez era menos asidua su apariencia original.

Eso sí, nunca dejaba de asumirla el día de su cumpleaños, para no perderse obsequios y homenajes.

Una madrugada entraron ladrones y se lo robaron, cuando era un jarrón de cristal. Nunca más se supo de él.

Desde entonces, su pobre esposa recorre las casas y negocios de la ciudad, hablando tiernamente a los floreros:

- Ramón... Ramón... Maderna...

Pero los jarrones siempre son jarrones, o acaso son alguna otra persona.

Alejandro Dolina. Crónicas del Angel Gris (Booket, 2003). En: Veintinueve Transformaciones: algunas historias y una teoría

Salsa y Control

A veces me pregunto qué será de la vida de esos libros publicados por autores del país. Pienso en esos concursos de provincia, con tirajes de 250 ejemplares que nunca son vendidos, que no llegan a distruirse en ninguna parte. Pienso en las ediciones algo más afortunadas de Monte Avila Editores, sujetas insensiblemente al corsé de una primera edición. Casi que a un debut imperceptible y fugaz ante el que pareciese descortés pedir una explicación como lector porque, después de todo, ya está hecho todo, ya se editó.

No es necesario hacerse el patriotero para decir con justicia que en los últimos años se ha publicado una seguidilla de textos de inmensa calidad, de logrado virtuosismo narrativo que, sin embargo, no superan el destino de un modesto barco ballenero que se estrella contra un iceberg. Un mundo de simulaciones, de pequeños actos culturales, de fingidos desarrollos de planes de expansión entre colillas de cigarrillos y secretarias en reposo. Un gerente cultural que mira, desolado, las palmeras que se dibujan por el ventanal y piensa en sopas de cebolla, en camarones al ajillo.

O dicho de otra forma: de un trámite de bostezos y modestos propósitos donde las editoriales, públicas y privadas, parecen darse por pagadas por el hecho de sacar un tiraje mínimo, prescindir de casi cualquier difusión y pasar a otra cosa, satisfechas por el deber cumplido, o por aquello que deba ser motivo de satisfacción. Un juego aburrido, con tacitas de té, con catálogos que son a su manera una versión de lo ficticio y lo ingenuo.

Digo todo esto porque recién en estos días he tenido la sorpresa de encontrar un blog creado por José Roberto Duque, autor de ese libro vertiginoso, veloz, que es Salsa y Control, donde se ha tomado la generosa tarea de publicar cada uno de los relatos, a la manera de un post.

Un mecanismo sencillo y honesto de colocar a la disposición de los lectores un libro que no deja de recordar que la literatura, después de todo, es un registro fascinante que no requiere de glosar a esos manuales vagamente antropológicos y aburridos con los que algunos creen que se debe representar la exclusión y la violencia, esa obsesión tan propia de la narrativa nacional.

Escribe Duque como descripción del blog de Salsa y Control:

Libro de cuentos publicado por Monte Avila Editores Latinoamericana (1996). Si lo desea, puede imprimir ejemplares de esta versión para usted y sus allegados; sólo le pido que cite su procedencia y autoría. Búsquelo en el archivo (abril 2005). No le recomiendo que la imprima para su venta, porque la piratería es un delito. La cultura es un espacio para la libertad; vamos a ejercerla responsablemente.

Un gesto de libertad, naturalmente. Un gesto que recuerda que la literatura, después de todo, es una cosa viva y que los autores de este país pueden ser algo más que un espectro vagamente desdibujado en una tarde de calor, un tipo que lee para tres asistentes de una librería que se tocan la peluca y esperan el vino y los tequeños.

Vale la pena leerlo, si no se ha leído antes. Vale la pena releerlo, si ya se leyó. Ambas cosas pueden hacerse con sencillez, pulsando levemente aquí.

19 de noviembre de 2005

Esperando a Godot, en Caracas


Esto es casi una crónica costumbrista, (aunque no hay caballos, aunque no existe ninguna carreta que se pierda en la distancia de un camino de tierra), pero es preciso decir en algún lugar que esta semana de lluvias en Caracas ha sido poco menos que un diminuto círculo infernal, un recurso del horror sentado frente a un volante, mirando el recorrido monótono del parabrisas en una negación repetitiva que parece decir: "no, no llegarás jamás. Ithaca es esto".

Un trayecto que, en solitario, podría demorar unos veinte minutos y que en el día a día del embotellamiento ronda los 45 minutos se ha convertido, en esta semana, en un suplicio de dos horas largas y extenuadas. En un elefante que rompe citas programadas, que construye un muro de hormigón contra ese espacio tórrido y palpitante que es la casa, la voz de tu esposa desde la cocina, el sonido adormecido de una canción, el recorrido de la mirada sobre la superficie de un libro que te espera.

Naturalmente, sirve de poco el recuerdo del monólogo de Ana Isabel viendo llover en Macondo o como sea que se llame ese cuento para mitigar el vacío de las horas perdidas, la amenaza de los truenos. Sirve de poco la imaginación de un lugar en el Caribe donde a esa hora existe una playa oscurecida, una luna que lo ilumina todo.

No cabe duda: habrá quien la pase peor. El mundo, después de todo, no es una pera en dulce. Pero tampoco es preciso levantar manifiestos a cada paso. A veces, uno se queja en voz baja. Y con eso, basta.

El motivo de todo ese drama es pérfido, sencillo, vagamente idiota: Caracas tiene más carros que los que soporta su sistema vial. Caracas tiene un sistema de drenage pésimo que, cuando llueve, hace llave con el exceso de circulación. Entonces, Caracas colapsa.

En el mes de Octubre, la alcaldía de Baruta implementó un plan de parada que llamó Pico y Placa y que consistía, esencialmente, en un sistema que no permitía, según el número de matrícula, el uso de las dos vías fundamentales del Sureste de la ciudad en unas pocas horas de la mañana, una vez a la semana. No es que fuese gran cosa, pero al menos fue algo. En todo caso, en las dos semanas en que se probó el plan logré registrar tiempos razonables de desplazamiento, existió por un momento un destello de pálida esperanza.

El plan, sin embargo, acabó encontrándose con el descrédito natural de los oficiales de gobierno. (Incluso creo recordar una Cacatua inefable sosteniendo no recuerdo qué supuesta violación constitucional). Hasta allí llegó.

Hoy, leo una nota en internet donde el antiguo profesor de comunicación social, Juan Barreto, ahora devenido en filosófico Alcalde Mayor, discute la necesidad de acciones coordinadas, pues descubre, con exquisita brillantez, que Caracas es un sistema integrado que requiere respuestas integradas.

Barreto se pregunta:

¿Qué haremos con el tráfico que viene de la carretera de Oriente o que proviene de Guarenas? ¿Qué vamos a hacer con el tráfico que viene por la Autopista Regional del Centro o la carretera El Valle-Coche? ¿No vamosa permitir que entren los números de determinadas placas en horas específicas?

Preguntas urgentes, desesperadas. Preguntas dolorosas, quizá, que emergen al tiempo que debe discutir la pertinencia histórica del nombre de la ciudad, o quizá del imperativo de rescatar las desaparecidas lenguas indígenes que, alguna vez, fueron voces corrientes en la comarca.

No es preciso ser demasiado suspicaz para conocer la respuesta: no haremos nada diferente a lo que hemos venido haciendo. No haremos otra cosa que no sea discutir la constitucionalidad de la medida, el análisis del ente autónomo de tránsito que, siguiendo el reglamento pertinente, habría de ocuparse de regir el destino último de la vialidad urbana, no haremos otra cosa que componer un articulado sobre los colores de los carros que circulan cada día, sobre la urgente necesidad de la unión de los pueblos, sobre el efecto nocivo de los carburantes, sobre la malignidad de cierta ensambladora que, en su momento, participó en el inhumano golpe de estado fascista y terrorista contra nuestro Líder Máximo. En fin, no haremos nada.

Entre tanto, sólo queda esperar a Godot. Esperarlo en mitad del embotellamiento lluvioso de Caracas.

La imagen que aparece al inicio de post es propiedad de Luis Márquez y forma parte de una serie de hermosas fotografías de la Ciudad de Caracas. Su página puede ser visitada justo Aquí

12 de noviembre de 2005

Intimidad


Uno se imagina a un escritor cuya vida ha estado sistemáticamente sometida a la lupa desesperada de sus lectores. Uno recuerda tantas páginas repletas de episodios biográficos vagamente sórdidos, lacónicos, después de todo comunes. Episodios que recuerdan las más desoladas fantasías de fracaso y pérdida que, alguna noche, uno soñó en la habitación de un hotel lejano, en una habitación extraña que de tanto en tanto se ilumina por las luces altas que pasan por la carretera. Una habitación con mesas de fórmica, con recipientes de aluminio y vasos cubiertos por plásticos estériles donde se estuvo solo. Uno, en resumen, aprende a vivir con ese sentido vagamente sádico que implica oscultar el corazón de alguien que ha dejado una nota escrita a mano sobre un trozo de papel y ya está muerto. Entonces uno descubre un cuento que, quizá, se mofa de todas esas pequeñas distracciones menores y piensa en paradojas, en otras habitaciones que nunca conoció y no conocerá. En un estudio donde cierta vez alguien imaginó una emoción precisa, escrita para el futuro. Entonces uno sonríe, levemente, pero sonríe, como quien le hace frente al fantasma de Raymond Carver y su cuento, Intimidad. Entonces uno va y lee. Sigue leyendo.

9 de noviembre de 2005

Terror


Un detalle que no deja de ser curioso en casi cualquier fiesta caraqueña es que, más o menos en el momento más apoteósico sobre la pista de baile, aparece inevitablemente la pista de YMCA de Village People.

El efecto es instantáneo. También es coreográfico: de inmediato salta un buen número de personas dispuestos a simular las cuatro letras con su cuerpo, al ritmo de:

It's fun to stay at the... YMCA (gritos de personas que deletrean y simulan las letras)
It's fun to stay at the... YMCA (de nuevo, gritos que deletrean)
They have everything for young men to enjoy
You can hang out with all the boys
It's fun to stay at the... YMCA (más gritos)
It's fun to stay at the YMCA (gritos bis)
You can get yourself clean, you can have a good meal
You can do whatever you feel


El fenómeno es curioso y relativamente inexplicable, considerando el desagradable sentido homofóbico que suele predominar en una población tan marcadamente machista.

La historia viene a cuento puesto que hoy, mi buen amigo Edison Barrios me ha dado el dato de este enlace donde Robb Willer, candidato doctoral en Socilogía de la Universidad de Cornell, Ithaca, presenta unos razonables hallazgos sobre el tema de la sobrecompesación masculina.

Willer basa su observación en un estudio experimental donde a un conjunto de hombres se le presentan hallazgos ficticios de una encuesta que, supuestamente, arroja altos puntajes de feminidad en su comportamiento (resultados falsos, naturalmente). Al evaluar, luego, las actitudes de este mismo grupo de hombres sobre temas varios encontró que aquellos hombres a quien se dio un feedback de supuesta feminización exageraban sus respuestas. Concretamente, este grupo daba mayores muestras de homofobia, apoyo a la guerra de Irak así como de deseos de comprarse un vistoso auto deportivo.

Naturalmente, el apoyo a la guerra de Irak no deja de ser el dato irónicamente más llamativo.

Sería interesante conocer que ocurriría de este lado del planeta con un estudio semejante. O a un paso más allá: sería interesante saber qué ocurriría en cuanto al apoyo político a las ideas de presidentes viriles y relativamente estúpidos de tantas otras latitudes.

Una última digresión. Pensándolo mejor, la popularidad del YMCA de Village People no es del todo inexplicable. Es bastante probable imaginar que un buen número de personas declinarían bailar esa canción si conocieran, en realidad, las alocadas sugerencias de su letra. En este caso, creo que sería razonable concluir que en situaciones así, una distancia idiomática logra superar el absurdo alambrado de tanto prejuicio.

6 de noviembre de 2005

Cazar Fantasmas



El domingo pasado, según entiendo, fueron detenidos seis militantes juveniles del Partido Primero Justicia. Se les detuvo en el momento en que colocaban propaganda electoral (era el primer día de campaña) y, luego, se les imputó el delito de instigación al odio, por el contenido de ese material de propaganda.

He estado toda la semana a la espera de escribir este post, pero no quería adelantarme sin antes ver de qué iba la cosa. Hoy, al fin, he visto una declaración del Ministro de Interior de Justicia, el astuto Chacón (apellido que rima, naturalmente, con Sherlock Holmes).

Sobrio, enfático, Chacón muestra ante las cámaras dos afiches con imagénes de fantasmitas. No logré ver muy bien de qué iba el primero, pero pude detallar el segundo afiche. Era, ni más ni menos, la imagen de un fantasma con una boina roja, la misma que deben usar (y en efecto, utilizan) las brigadas de paracaidistas del ejército nacional y que, luego, han pasado a formar parte de la iconografía militarista, típica del partido de gobierno. Abajo se leía: TSJ. Es decir: Tribunal Supremo de Justicia.

Esa, entonces, es la prueba irrefutable de la instigación al odio.

Una prueba discutible y complicada, realmente, si se considera que somos en realidad cientos de personas quienes pensamos que el Tribunal Supremo de Justicia de este país es, ni más ni menos, una institución con ribetes de legalidad que responde directamenteal lineamiento político del partido de gobierno.

Será que es instigador pensar eso cuando, después de todo, la designación de magistrados ocurrió sólo por la mayoría de votos del chavismo, cuando algunos de los magistrados electos han sido militantes del movimiento quinta república o han llegado allí después de discutibles gestiones que han favorecido ampliamente los intereses políticos del gobierno?

No creo que por allí pueda ir la cosa. Menos, que por tales caminos pueda encontrarse una verdadera alternativa democrática.

Veo, en cambio, que se trata de otro episodio estrepitoso en el que el poder que otorga detentar el control del estado debe lidiar con el irónico sentido de la convencionalidad, la represión, el control social enérgico, a la vez que se proclama por todo el mundo la supuesta bondad de una hipotética revolución.

Natacha Merritt



El interés que despierta Natacha Merritt no depende (al menos no, de manera exclusiva) del festín de carne desnuda que muestran sus Diarios Digitales .

Si creemos en la fugaz reconstrucción biográfica que ofrece la página de Digital Diaries, entonces debemos asumir que su propio recorrido nace entre las inmensas posibilidades comunicacionales de internet.

En su caso, todo comenzó con un fotoblog .

Natacha Merritt fue colocando imágenes de sus encuentros sexuales documentados, en principio, con una cámara digital Casio QV 110. Un modelo sencillo, ya descontinuado, del que ni siquiera es posible encontrar alusiones directas en la red. Fue así, precisamente, como fue "descubierta" por Eric Kroll , un fotógrafo de erotismo fetichista quien, luego, acabaría presentándola ante la editorial Taschen donde él mismo había publicado ya algún libro de fotografías.

La página publicitaria de sus Diarios Digitales hace su trabajo, quizá por eso insiste en afirmar que con la propuesta de la Merritt nace un nuevo tipo de libro. Dice así:

Digital Diaries es un nuevo tipo de libro, definiendo un nuevo tipo de expresión: digital, sexual, personal, privada, pública, desnuda, valiente, autoconsciente... de una artista que crece entre las contradicciones y desafía todos los estereotipos.

Más interesante que la idea publicitaria de un nuevo tipo de libro (para el que, necesariamente, sería necesario imaginar un nuevo tipo de Lector, algo lógicamente improbable en este caso: persiste el mismo lector de siempre, el mismo vouyeur fascinado de pestañas fijas que alguna vez espió el baño de las ninfas en un estanque), los Digital Diaries parecen sugerir más bien un nuevo tipo de registro. Un territorio en el que la obsesión por la imagen, por la construcción de un voluminoso archivo de imágenes, se convierte en otra forma de escribir una biografía. Un sustituto de esa antigua propensión a registrar el paso de los días sobre una hoja de papel. Un paso a la carne, al tono de la luz sobre la carne como materia prima, como lenguaje irreductible.

3 de noviembre de 2005

Redes

No conozco a Rubi Guerra. Hace años, supongo que sería a finales de 1.999, descubrí un cuento suyo publicado en una antología del cuento breve editada por Julio Miranda, cuando todavía no era necesario hacernos creer que Monte Avila Editores era tan enfáticamente de todos. El cuento (cuyo nombre no soy capaz de recordar ahora) retomaba la historia antigua de dos hombres que se conocieron años atrás, de una mujer que los dos hombres amaron, de una hoja que flota en las aguas de un mar tranquilo.

A veces pienso en ese cuento.

Este domingo encontré esta historia que, según entiendo, forma parte de su nuevo libro de relatos.

No creo en la solidaridad automático con ese elefante retórico que algunos entienden como literatura nacional. Creo que existen buenos o malos cuentos, independientemente de dónde puedan ser escritos. Pienso que Rubi Guerra ha escrito buenos cuentos. Elegantes, vagamente silenciosos y tristes. Como cuando comienza el mes de mayo y uno ve llover desde una ventana enmarcada por árboles.

1 de noviembre de 2005

Patafísicamente hablando


El mundo es extraño. Hoy, sin tener demasiados motivos para ello, decido que me gustaría releer el capítulo 73 de Rayuela. Lo busco en internet, tal como puede leerse justo en el enlace del renglón anterior. De pronto, caigo en la página del Proyecto Rayuel-o-Matic , el cual consiste en la construcción de un nodo central (o patafísico) que agrupa los diferentes capítulos de la novela en diversas páginas repartidas por internet.

En la exposición de motivos, leo que el equipo del proyecto fundamenta su trabajo en la idea de que, después de todo, Rayuela representa un hipertexto de modo que el formato www debería ser su estado natural. Tal suposición queda fundamentada, además y como ya se ha dicho, en un decidido sentido patafísico que tanto entusiasmó en vida a Cortázar.

Allí me detengo pues, después de todo, ¿qué se supone que debo entender por patafísico? Busco en Wikipedia y caigo en cuenta que Patafísica es nada más y nada menos que la contracción de "epi ta meta ta physika", es decir, lo que está alrededor de lo que, a su vez, está después de la física. Patafísica, tal como creía recordar, refiere precisamente a la ciencia de las soluciones imaginarias y el estudio de las excepciones. Leo, además, que el término fue originalmente acuñado por el escritor y dramaturgo Alfred Jarry quien, precisamente, muere el primero de noviembre de 1907. Es decir, hace hoy 98 años exactos. Una coincidencia, naturalmente. Pero una coincidencia significativa y escalofriante cuando, precisamente, uno se ha pasado todo el día pensando en Cortázar.